HAGEO INTRODUCCIÓN
ESTUDIO BÍBLICO N°1
Este estudio bíblico como se trata de una profecía dividimos la introducción en tres partes: el escritor de la profecía, el trasfondo histórico de la profecía, el propósito de la profecía y el efecto de la profecía.
En cuanto al escritor de la profecía
Su nombre es Hageo. Hageo significa mi fiesta o festivo. No se sabe que razón tuvieron los padres de Hageo para escoger este nombre para su hijo, pero algunos estudiosos de la Biblia ven en el significado del nombre Hageo algo del carácter de sus padres.
Seguramente los padres de Hageo sabían que en los días de sus hijo, Dios debía cumplir cierta promesa a su pueblo escogido y eso les traía un profundo gozo. Se demostró llamando a su hijo Hageo lo cual significaba mi fiesta o festivo. Lo interesante es que Dios efectivamente cumplió con su promesa en los días de Hageo.
Me imagino que cada vez que los padres de Hageo pronunciaban el nombre de su hijo, venía a su mente el pensamiento hermoso que Dios es fiel cumpliendo lo que promete, por lo cual hay justificada razón para vivir una fiesta permanente en el corazón.
En cuanto al trasfondo histórico de la profecía
Vayamos a la época cuando el pueblo escogido de Dios se alejó tanto, que a Dios no le quedó otro recurso que traer su castigo profetizado sobre ellos.
Fue así como en el ano 586 AC los babilonios destruyeron la ciudad de Jerusalén y llevaron a sus habitantes a Babilonia en calidad de cautivos. Pero además de una promesa de castigo, Dios hizo una promesa de restauración. Jeremías fue el mensajero de esta promesa.
Jeremías 25:11 dice: "Toda esta tierra será puesta en ruinas y en espanto; y servirán estas naciones al rey de Babilonia setenta años"
Cumpliendo los setenta años, Dios iba a levantar su castigo. Hageo sería uno de los testigos de este hecho. El cumplimiento de esta promesa se comenzó a dar cuando Ciro, el monarca persa, tomó la ciudad de Babilonia sin derramamiento de sangre en el año 539 AC. El monarca persa tenía una mentalidad diferente en cuanto a los territorios que él ocupaba militarmente. Los Babilonios tenían la costumbre de sacar de sus territorios a los pueblos conquistados, pero los persas pensaban que no debía ser así. De modo que redactó un decreto por el cual todos los judíos que quisieran podrían retornar a su tierra natal. Continuarían siendo súbditos del imperio persa, pero podrían vivir en sus tierras y mantener sus costumbres culturales y religiosas.
Interesante es pensar que está actitud de Ciro, fue algo que Dios tiempo atrás lo profetizó por medio de Isaías.
Isaías 45:1-4 dice: "Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por su mano derecha, para sujetar naciones delante de él y desatar lomos de reyes; para abrir delante de él puertas, y las puertas no se cerrarán: Yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos; y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que no te pongo nombre, por amor de mi siervo Jacob, y de Israel mi escogido, te llamé por tu nombre; te puse sobre nombre, aunque no me conociste".
Ciro no era un Judío, sino un gentil, sin embargo fue utilizado por Dios para cumplir su promesa a Israel. Dios es soberano, en su mano están las leyes de la tierra y él los puede utilizar a su voluntad para cumplir con sus propósitos.
En respuesta al derecho de Ciro, miles de exiliados judíos se aprestaron para retornar a Jerusalén. Ciro ordenó que se les devolviera sus posesiones y los utensilios del templo que Nabucodonosor, el rey de Babilonia tomó de Jerusalén.
Fue así como llegaron a Jerusalén aproximadamente unos 50.000 judíos bajo el mando de Zorobabel el gobernador, y Josué, sumo sacerdote, en el año 538 AC. Su primera tarea fue reconstruir el templo de Jerusalén que había estado en ruinas alrededor de unos 50 años.
En el mes séptimo de este año edificaron el altar del Dios de Israel y ofrecieron holocausto como está escrito en la ley de Moisés varón de Dios, pero todavía no se había echado los cimientos del templo. Una vez que se reiniciara los sacrificios en el altar de Jehová, los judíos estaban tan felices que prestaron toda la ayuda posible para edificar el templo. Parecía que el templo iba a ser reedificado en poco tiempo.
La construcción del templo comenzó oficialmente en el mes segundo del segundo año después que llegaron, esto es en el año 537 AC, bajo la supervisión de Zorobabel el gobernador y Josué sumo sacerdote. Hubo emociones mezcladas en la gente. Algunos gritaban de alegría al ver que se echaban los cimientos, pero los más viejos, quienes recordaban lo que fue el templo antiguo lloraban desconsolados.
Esdras 4:13 dice: "Y no podía distinguir el pueblo el clamor de los gritos de alegría, de la voz de lloro; porque clamaba el pueblo con gran júbilo, y se oía el reído hasta de lejos"
Pero muy pronto esta alegría se torno a tristeza, porque los enemigos del pueblo de Dios empezaron a estorbar la obra. Por medio de calumnia y amenazas, los enemigos de Dios lograron que se detuviera la obra hasta el segundo año del reinado de Darío, es decir el año 520 AC. Esto significa que la reconstrucción del templo se detuvo unos 17 años.
¿Qué pasó mientras tanto con los miles de judíos que tan animosamente comenzaron la reconstrucción del templo?
Bueno, se dedicaron cada uno a lo suyo. A cultivar sus tierras, a construir sus casas, a cuidar de sus familias.
En cuanto al propósito de la profecía
Hageo va a confrontar a los judíos con un pecado muy sutil. El pecado es abandonar la obra de Dios y ocuparse totalmente en lo que es de uno. Esto fue justamente lo que hicieron los judíos de aquella época. La obra de Dios estaba en ruinas, apenas se habían echado los cimientos, ya habían pasado 17 años y nadie movía una sola piedra para proseguir con la construcción.
Todos los judíos, desde sus líderes para abajo, se olvidaron de la obra de Dios y se dedicaron cada uno a lo suyo. No hay nada de malo con cultivar la tierra, construir casas, cuidar la familia y otras cosas más, pero cuando se concentra todo el esfuerzo en esto y se olvida la obra de Dios, entonces hemos entrado en terreno peligroso. Por medio de su profecía, Hageo va confrontar este pecado en el pueblo.
En cuanto al efecto de la profecía
Tan pronto los judíos escucharon el mensaje de Hageo se pusieron a trabajar en la obra de Dios. Como resultado, cuatro años más tarde se terminó de reconstruir el templo.
Esdras 6:15 dice: "Esta casa es terminada el tercer día del mes de Adar, que era el sexto año del reinado del rey Darío"
El mensaje de Dios cambió mentes y corazones de la gente y la obra de Dios fue llevada a feliz término.
¿Cómo está su relación con la obra de Dios? ¿Ha abandonado Ud. también la obra de Dios como los judíos en la época de Hageo? Quizás usted me dirá, pero yo no soy responsable, yo no soy el pastor, yo no soy el diácono, yo no tengo ningún cargo en la iglesia. Respeto su razonamiento, pero no puedo estar de acuerdo con Ud. Porque la obra de Dios no la deben hacer solamente los pastores, los diáconos o los que tiene algún oficio dentro de la iglesia.
La obra de Dios es responsabilidad de cada uno de nosotros, no importa cuan preparados estemos o cuantos recursos tenemos a nuestra disposición.
Efesios 4:11-12 dice: "Y el mismo constituyó a unos apóstoles; a otros profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio para la edificación del cuerpo de Cristo"
Note que la tarea de los evangelistas, pastores y maestros no es hacer la obra de Dios sino capacitar a los creyentes para que sean los creyentes quienes hagan la obra de Dios.
Ud. y yo tenemos responsabilidades en la obra de Dios. ¿Estamos ocupados en ello? o la hemos abandonado. Si ese es el caso, entonces el mensaje de Hageo será muy útil para su vida.