FALSA DOCTRINA ADVENTISTA: La Observancia del Sábado y otros mandamientos Para Lograr Salvación.

Cuando se piensa en los Adventistas del Séptimo Día, usualmente el primer pensamiento que viene a la mente en su práctica de congregarse para la adoración el séptimo día de la semana, costumbre de la cual la agrupación ha obtenido parte del nombre con que se identifican. Los Adventistas, normalmente, ponen mayor énfasis en esta doctrina que en cualquier otra. Lo que más inquieta no es precisamente su deseo de adorar en un día diferente, sino que ellos conceptúan la observancia de este día, tanto como de la observancia de otras leyes, cuestión determinativa de la relación de una persona con el Señor y por ende, de su salvación.

En una carta registrada en la obra de La Verdad Presente James White escribió: "La observancia del cuarto mandamiento es la más importante verdad presente; sin embargo, esto por sí solo no salvará a nadie. Debemos guardar todos los mandamientos, y seguir estrictamente todas las direcciones del Nuevo Testamento, y tener una fe en Jesús activa y viviente. Aquellos que quisieran ser encontrados aptos para entrar en el descanso de los santos cuando venga Cristo, deben vivir completamente, COMPLETAMENTE por Jesús ahora" (Citado por LeRoy Froom en La Fe Profética de Nuestros Padres).

En la literatura adventista, el lector puede encontrar que se recalca con énfasis y repetidamente que ellos creen y predican que la salvación es por la fe en Cristo. Sin embargo, a esta fe en Cristo, añaden las obras de la ley. Este es exactamente el mismo error por el que Pablo condenó a los Gálatas.

Los Adventistas del Séptimo Día son el galatanismo del siglo veinte, y el libro de Gálatas debe ser estudiado con mucho cuidado para comprender la relación correcta entre la ley y la salvación. Pablo lo condenó a maldición (anatema) a aquellos que estaban enseñando un evangelio de fe más obras.

 

Según la Biblia la salvación no puede ser por fe y obras.

 

Esto muestra que es imposible que alguna cosa pueda ser obtenida por ambas, la fe y las obras, por cuanto la una excluye a las otras.

 

La Palabra de Dios enseña que la salvación puede ser obtenida únicamente por la fe en Cristo, aparte de las obras de la ley. Una persona produce buenas obras porque ya tiene vida eterna.

Los Adventistas del Séptimo Día aceptan sin cuestionar la declaración de Elena de White: " La observancia del domingo no es todavía la marca de la bestia, y no lo será hasta que salga el decreto obligando a los hombres a adorar este sábado idolátrico. El tiempo vendrá cuando este día será la prueba, pero ese tiempo aún no ha llegado" (El Gran Conflicto). Creen esto tan firmemente que dicen que la observancia del domingo será la "marca de la bestia" durante la Gran Tribulación.

Las Sagradas Escrituras, por el contrario, nos indican que el sabbath fue establecido como una señal del pacto entre Dios e Israel. La observancia del sabbath jamás fue ordenada para los gentiles. Cuando Israel fue desechado, también lo fue la señal de Dios con dicho pueblo, esto es, el sabbath.

 

El Nuevo Testamento enseña que para el cuerpo de Cristo, la Iglesia, los días especiales del Antiguo Testamento eran solamente un tipo, una sombra de las cosas que habían de venir. Por lo tanto, los creyentes no deben permitir que nadie os juzgue por las obras.

 

El reposo en el día del sabbath indicando en el Antiguo Testamento era solamente una figura del reposo en que uno entra cuando deposita su fe en Cristo y cesa de sus propias obras.

 

En conmemoración al día en la cual Cristo se levantó de la tumba, los cristianos del Nuevo Testamento se reunían para la adoración en el primer día de la semana.

 

Pablo instruyó también a los cristianos en Corinto a poner aparte sus ofrendas para la obra del Señor el primer día de la semana. Estas prácticas no fueron realizadas para merecer la salvación, sino porque esas personas ya conocían a Cristo como su Salvador, y deseaban tener comunión unos con otros en las cosas del Señor. Además, su propósito era usar esas ofrendas para ayudar a otros cristianos y para llevar el evangelio a aquellos que todavía no habían recibido a Cristo como Salvador.

 

Las doctrinas distintivas de la iglesia Adventista del Séptimo Día normalmente no son presentadas en sus programas de radio y televisión. Mucha gente escucha el programa de radio "La voz de la Esperanza," o "La voz de la Profecía," sin darse propiamente cuenta de que son programas adventistas.

Solamente después de que una persona recibe su literatura y la lee es que empieza a darse cuenta de la diferencia entre sus enseñanzas y las que constan en la Palabra de Dios.

Algunos líderes evangélicos han considerado a los Adventistas del Séptimo Día como siendo "hermanos evangélicos." Sin embargo, sus enseñanzas acerca del pretendido juicio investigativo y del papel que juega Satanás en cargar con nuestros pecados, entre otras, son más que suficientes para mostrar que el evangelio del Adventismo del Séptimo Día es diferente del evangelio enseñado en las Sagradas Escrituras.

A causa de su desviación de las Escrituras, los Adventistas del Séptimo Día no pueden ser llamados correctamente evangélicos. Esto no significa que toda persona dentro de dicho movimiento esté perdida, sin salvación. Cualquier persona que confía solo en Cristo para su salvación tiene vida eterna, sin importar su afiliación religiosa. No obstante, es lamentable que la mayoría de los que pertenecen al movimiento adventista estén ciegos al galatanismo que enseña su iglesia y al cual jamás han renunciado sus líderes.