Los testigos de Jehová niegan el Espíritu Santo
El Espíritu Santo es Dios.-
Tal como ocurre con la Deidad de Cristo y la Trinidad, los Testigos de Jehová también niegan el Espíritu Santo. Y dicen así en su libro "Espíritu Santo... la fuerza tras el nuevo orden venidero": "En la palabra escrita de Dios, las Sagradas Escrituras, la palabra que se escogió como nombre para esta fuerza activa invisible procedente de Dios es apropiado, pues es muy descriptiva... contiene la idea de acción y movimiento... soplo, aliento, brisa, tempestad, borrasca, huracán, viento, fuerza activa, así como "espíritu"...
La Biblia nos dice que Dios mismo es Espíritu y que el Espíritu Santo es Dios, en síntesis que es una persona.
Juan 4:24 dice: "Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren".
Para poder entender bien este asunto de que el Espíritu Santo es una persona, veamos algunos pasajes de la Biblia que nos dicen algo sobre las funciones del Espíritu Santo, las que como veremos corresponden a las de una persona...
El Espíritu Santo Enseña .-
Juan 14-26 dice: "Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho".
Los apóstoles no tenían la menor idea de cómo debía organizarse la iglesia. No sabían que tenían que nombrar pastores, diáconos, maestros, que era necesario ayudar monetariamente para el desenvolvimiento de la obra, ignoraban acerca del compañerismo cristiano, la disciplina en la iglesia, los detalles del por qué y cómo de la Cena del Señor, etc. El Señor Jesucristo dejó al Espíritu Santo para que enseñase todas esas cosas, tanto a los apóstoles como a todos los que creyeran en él.
El Espíritu Santo Consuela .-
En el mismo pasaje de Juan 14:26, dice: "Mas el Consolador, el Espíritu Santo"
¿Cuántas veces los discípulos fueron consolados por el Espíritu Santo? ¡Muchísimas! Después de la partida del Señor, nunca estuvieron solos, porque el Espíritu Santo vino a llenarlo, habitando en ellos mismos.
Por eso Jesús les dijo, en Juan 14:15-18: "Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros".
En resumen, lo que Jesús les dijo, es que él mismo seguiría con ellos, pero no ya en su cuerpo físico, sino en la persona del Espíritu Santo morando en ellos.
El Espíritu Santo Recuerda .-
Como humanos, fácilmente olvidamos las cosas, pero Dios nunca tiene problemas con la memoria. Los escritores del Nuevo Testamento, no escribían a medida que caminaban con Jesús, no tomaban nota de lo que él decía, no grababan en casetes los evangelios, para luego redactarlos. Jesús les aseguró que el Espíritu Santo tendría la misión de recordarles todo lo que él les había dicho y de guiarles para que escribieran todo aquello que completaría el Canon Sagrado. Tan cierto es esto, que Juan termina así su evangelio:
Juan 20:30-31 dice: "Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre"
Juan 21:25 dice: "Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén".
¿Quién decidió qué escribir y que no escribir de lo que Jesús hizo o dijo? ¿Quién decidió lo que se escribiría en los Evangelios, Hechos, las Epístolas o Apocalipsis? ¿Quién decidió cuánto de lo dicho y hecho por Jesús sería suficiente para que el pecador pudiera ser salvo? Pues bien, fue la decisión del Espíritu Santo, quien le recordaba a los que anduvieron con Jesús, revelándoles al mismo tiempo cosas nuevas que de otra manera no habrían podido entender.
El Espíritu Santo Habla la Verdad.-
Juan 16:13 dice: "Pero cuando venga el Espíritu de Verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir".
El Espíritu Santo guía a toda la verdad, habla, hace saber lo que ha de venir, todo cuanto tenemos hoy, tanto en las Epístolas como en Apocalipsis, todas las profecías concernientes a los eventos finales, todo cuanto sabemos sobre las características de la iglesia de los últimos días, del mundo con sus problemas, las blasfemias, los tiempos peligrosos, la apatía de muchos cristianos, el compromiso con el pecado de muchos hombres y mujeres que conocen la verdad. Todo esto fue revelado por el Espíritu Santo a los apóstoles. Al notar la armonía tan perfecta que existe entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, no podemos menos que reconocer que el Espíritu Santo desempeñó su labor con gran cuidado y perfección. El Espíritu Santo, entonces como vemos, enseña, consuela, recuerda y habla. Y lo hace porque es una persona, porque esos son atributos de la persona.
El Espíritu Santo le Habló a Felipe.-
Hechos 8:29 dice: "Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro".
Mientras que este mismo texto dice así en la versión Nuevo Mundo "redactada" por los Testigos: "De modo que el espíritu dijo a Felipe: Acércate y únete a este carro". Ellos ponen Espíritu con minúscula, para apoyar su enseñanza de que el Espíritu Santo es la tuerza generada por Dios, energía, viento, etc. Sin embargo, en el mismo pasaje dice, que "Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más, y siguió gozoso su camino" (v. 39).
Notamos que esta palabra arrebató es la misma que se usa en 1 Tesalonicenses 4:17, donde dice: "Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor".
Es notable ver como estas tres Personas de la Trinidad trabajan armoniosamente. Vemos que en éste caso, el Espíritu Santo arrebata y eleva a la iglesia para que ésta se encuentre con el Señor Jesucristo en el aire.
Mentir al Espíritu Santo, es mentirle a Dios.-
La mayoría de nosotros recordamos lo ocurrido a Ananías y Sátira. Ellos intentaron burlar a Pedro y a los apóstoles, pero Pedro les hizo ver que en realidad estaban tratando de burlarse del Espíritu Santo.
Hechos 5:3,4,9 "Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? No has mentido a los hombres, sino a Dios... ¿Porqué convinisteis en tentar al Espíritu del Señor?"
Es probable que Ananías y Sátira pensaran que tratar con el Espíritu Santo no era lo mismo que tratar con Dios. Tal vez se les ocurrió que el Espíritu Santo era la fuerza generadora de Dios, su energía o simplemente un poder impersonal. Pero Pedro le dijo a Ananías: No has mentido a los hombres sino a Dios.
El Espíritu Santo le Habló a Pedro.-
Es muy conocido también el relato del capitulo 10 de Hechos, donde Pedro recibe una visión y Cornelio desde Cesárea envía a unos mensajeros para que Pedro vaya a su casa a predicarles,
Hechos 10:13-16 y 19-20 dice: "Y le vino una voz (a Pedro): Levántate, Pedro, mata y come. Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás. Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que Dios limpió no lo llames tú común. Esto se hizo tres veces; y aquel lienzo volvió a ser recogido en el cielo... Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí tres hombres te buscan. Levántate, pues, y desciende, y no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado"
La primera voz que le habló a Pedro era el Señor (v. 14). La segunda es la voz de Dios Jehová, "Lo que Dios limpió no le llames tú común" (v. 15). Y la tercera voz es la del Espíritu Santo, notamos que dice el versículo 19: "le dijo, el Espíritu". En este breve incidente podemos ver presente a la Trinidad, guiando a Pedro para que lleve el evangelio a un gentil, a Cornelio. Dios mismo aquí tomó control del asunto como Padre, Hijo y Espíritu Santo.
El Espíritu Santo le hablaba a Pablo.-
Pablo no explica cómo era que el Espíritu Santo le daba testimonio de que le esperaban prisiones y tribulaciones, pero es muy probable que el apóstol hubiera recibido estos mensajes de parte de hermanos que se lo decían inspirados por el Espíritu Santo, tal es el caso de un hermano de nombre Agabo, sobre el cual dice así la Escritura:
Hechos 21:10-11 dice: "Y permaneciendo nosotros allí algunos días, descendió de Judea un profeta llamado Agabo, quien viniendo a vernos, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo; Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles".
También dice Hechos 13:2: "Ministrando éstos al Señor y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado".
Todos estos pasajes nos hablan del Espíritu Santo como Dios, no se trata de una fuerza generada por Dios, o algo así como una extensión divina. El Espíritu Santo tiene todos los atributos divinos, es una persona. El enseña, consuela, recuerda, habla la verdad, le habló a Felipe, Pedro, Pablo y al profeta Agabo y desempeña hoy la misión de regenerar y guiar a los creyentes.
El Peligro de Rechazar al Espíritu Santo.-
Los Testigos de Jehová no son los primeros en rechazar al Espíritu Santo. Esta herejía apareció muy temprano cuando la iglesia ni siquiera había nacido. Los saduceos aparecen en los evangelios, casi siempre tentando a Jesús.
Luego, en los días de Pablo se dice de ellos en Hechos 23:8: "Porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu".
En este caso, espíritu está con minúscula, pero lo cierto es que ellos en su creencia se parecían mucho a los Testigos de Jehová de hoy. Sin embargo, el pasaje más serio contra este tipo de herejía, es cuando nuestro Señor habla del pecado imperdonable:
Marcos 3:28-30 dice: "De cierto os digo que todos los pecados serán perdonados a los hijos de los hombres, y las blasfemias, cualesquiera que sean; pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno. Porque ellos habían dicho: Tiene espíritu inmundo".
Yo invito a todo Testigo de Jehová a examinar su actitud a la luz de esta declaración. Puesto que para un Testigo de Jehová el Espíritu Santo no es Dios, por lo tanto no existe tampoco la misión que le ha sido encomendada de habitar en los creyentes y regenerar a los pecadores preparándolos para el encuentro con el Salvador.
De ahí que la persona que niega el Espíritu Santo, rechaza todo el plan de Dios y el único medio de salvación que él proveyó. La persona que rechaza al Espíritu Santo jamás será salva, porque ninguno puede creer para salvación si rechaza el ministerio del Espíritu Santo.
Esto explica por qué los llamados Testigos de Jehová niegan las principales doctrinas bíblicas, porque tuercen deliberadamente las Escrituras confundiendo a millones de personas que en lugar de leer la Biblia por sí mismas, siguen sus falsas enseñanzas. Creo que en la mayoría de los casos, un Testigo es alguien que ha decidido negarse a creer la verdad, prefiriendo insistir en sus falsas doctrinas, creyendo que al negar las enseñanzas bíblicas, éstas no le serán aplicadas.