SALMO 31 (TERCERA PARTE)

Abramos nuestra Biblia en el salmo 31. Permítame un brevísimo resumen de lo que ya hemos cubierto en el estudio de este salmo: Su autor es David y el salmo fue escrito cuando David se encontraba en el exilio a causa de la persecución de Saúl. En la primera parte del salmo, versículos 1 a 8, encontramos una oración de David, en la cual pide liberación, dirección, protección, paz y victoria. En la segunda parte del salmo, versículos 9 a 18, encontramos una hermosa lección sobre como manejar las calumnias. Ahora nos vamos a ocupar en examinar la última parte del salmo.

Lo que tenemos aquí es una descripción de los beneficios que reciben los que temen a Jehová o los que esperan en Jehová o los que confían en Jehová. El primer beneficio es encontrar la bondad de Jehová.

Salmo 31:19 dice: "¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, que has mostrado a los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres!"

David temió a Dios, esperó en Dios y confió en Dios y como premio, Dios manifestó hacia él su bondad. Esto es interesante amigo. La bondad de Dios, en su máxima expresión, no está disponible para todos los seres humanos en general. Ciertamente que todos los seres humanos en general disfrutan de algo de la bondad de Dios, pero la plenitud, el máximo de la bondad de Dios está reservada para un grupo selecto de personas. Estas personas son las que temen a Dios o las que esperan en Dios. David dice que por temer a Dios y esperar en Dios, pudo encontrar esa maravillosa bondad de Dios que hasta ese momento había estado guardada, reservada para él. Ahora David podía disfrutar de la bondad de Dios que le había sido manifestada. ¿Y cómo está Ud. en este aspecto,? ¿Será que la bondad de Dios todavía está guardada para Ud. porque Ud. no se ha atrevido a temer a Dios o a esperar en Dios? De una vez por todas abandone cualquier cosa en lo que Ud. haya depositado su confianza y comience a confiar en Dios de todo su corazón y Ud., como David, comenzará a disfrutar de la bondad de Dios, que por ahora está guardada. Si Ud. amigo, no ha recibido a Cristo como su Salvador, Ud. no ha disfrutado todavía de la muestra más representativa de la bondad de Dios, que es Cristo Jesús. Para Ud., en un sentido, todavía está guardado Cristo. Pero ¿qué tal si hoy mismo confía en Dios y recibe a Cristo como su Salvador? Si lo hace, Dios manifestará su bondad para con Ud. y Cristo Jesús será una realidad en su vida.

El segundo beneficio de los que temen a Jehová o esperan en Jehová, es protección en medio de la adversidad.

Salmo 31: 20 dice: "En lo secreto de tu presencia los esconderás de la conspiración del hombre; los pondrás en un tabernáculo a cubierto de contención de lenguas."

Note que Jehová no está prometiendo a los suyos, permanente salud, ni prosperidad material, ni ausencia total de pruebas que causan dolor y aflicción. Lo que Jehová está prometiendo a los que temen su nombre es protección en medio de los problemas. La fe no consiste en andar sin dificultades, sino en recibir la fuerza de caminar adelante a pesar de las dificultades tanto exteriores como interiores y atreverse a mirarlas de frente. Esto es justamente lo que promete Dios a los que le temen. David temió a Dios y esperó en Dios y en consecuencia, fue protegido de sus enemigos, a pesar de que eran numerosos y poderosos. Los que temen a Jehová o esperan en Jehová, serán escondidos en lo secreto de la presencia de Dios de modo que los hombres no puedan conspirar contra ellos.

En el Antiguo Testamento, Dios moraba entre su pueblo en el lugar santísimo del templo. Ningún hombre, aparte del sumo sacerdote y eso una vez al año, podía entrar a ese lugar. Si alguien osaba intentar siquiera entrar a ese lugar, moría instantáneamente. Lugar más seguro no podía haber. Bueno, David se imaginaba estar en un lugar así, por el solo hecho de temer a Dios y de haber esperado en el. David dice también que los que temen a Jehová y esperan en él serán puestos en un tabernáculo donde no puede causar daño ni siquiera las calumnias de los hombres impíos. Puede ser que en este preciso instante, Ud. esté padeciendo alguna situación difícil. Ud. ha llegado a pensar que todo está perdido y que Ud. está a merced de sus enemigos cualquiera que estos sean. Pero por lo que dice la palabra de Dios, no se desanime. Vea la mano de Dios en todo lo que le está pasando, tema a Dios y espere en Dios. Si lo hace de corazón, Dios mostrará su bondad hacia Ud. y Ud. será introducido a lo secreto de la presencia de Dios, en donde nada ni nadie puede causarle daño alguno.

El tercer beneficio de los que temen a Dios es hallar la misericordia de Dios.

Salmo 31:21-22 dice: "Bendito sea Jehová, porque ha hecho maravillosa su misericordia para conmigo en ciudad fortificada. Decía yo en mi premura: Cortado soy de delante de tus ojos; pero tú oíste la voz de mis ruegos cuando a ti clamaba."

Misericordia significa no dar lo que alguien merece. A causa de su pecado, el hombre merece el castigo de Dios. Pero los que temen a Jehová hallan la misericordia de Jehová y como resultado Jehová no les da lo que merecen. Eso fue lo que experimentó David. Al mirar esa acción de Dios, David explota en alabanza y adoración a Dios. Bendito sea Jehová, porque ha hecho maravillosa su misericordia para conmigo en ciudad fortificada. Por la misericordia de Dios, David se sentía tan seguro como en la ciudad más fortificada que pueda haber.

David luego reflexiona sobre su tiempo en la dura prueba, en la parte más difícil del camino, David se sintió como si ya fuera el fin, pensaba que la muerte era lo único que quedaba, pero cuando clamó a Jehová, Jehová le trató con misericordia y le rodeó dentro de una fortaleza inexpugnable. Es posible que lo que Ud. está viviendo, le haya llevado al mismo punto que llegó David, es decir a pensar que lo único que queda es solo la muerte, pero no se desaliente, Dios es experto en imposibles, lo único que Dios espera de Ud. es que Ud. le tema y espere en él. En respuesta, Dios le tratará con misericordia y Ud. también podrá experimentar la liberación que Dios trajo a David.

El cuarto beneficio de los que temen a Dios es esperanza.

Salmo 31: 23-24 dice: "Amad a Jehová, todos vosotros sus santos; a los fieles guarda Jehová, y paga abundantemente al que procede con soberbia. Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová, y tome aliento vuestro corazón".

Con estas hermosas palabras termina este precioso salmo. Los que temen a Jehová encuentran algo digno de amar, algo que nunca va a fracasar, algo que nunca va a defraudar, los que temen a Jehová van a ser guardados por Jehová donde nada ni nadie puede causar daño; este pensamiento es fuente de esperanza perpetua para los que temen a Jehová. Por eso pueden esforzarse en medio de las tribulaciones de la vida, y tienen motivo más que suficiente para tomar aliento cuando el camino se pone cuesta arriba.

¿Tiene Ud. esta esperanza?, si no la tiene, decida temer a Jehová, decida esperar en Jehová. Decida confiar en Jehová, entonces Ud. tendrá esperanza, habrá encontrado algo por lo cual vivir.

A propósito he dejado para el último esa parte donde dice que Jehová paga abundantemente al que procede con soberbia. Si Ud. se rebela a lo que Dios dice en su palabra y decide vivir sin temer a Jehová, sin esperar en Jehová o sin confiar en Jehová, en esencia, si Ud. decide vivir apartado de Dios, si Ud. decide rechazar a Cristo Jesús como su Salvador, entonces para Ud. no hay esperanza sino una horrenda expectación de juicio, de castigo de Dios. ¿Para qué exponerse? Ud. todavía está a tiempo de cambiar el destino de su vida. Hoy mismo hable con Dios en oración y exprese a Dios su deseo personal de recibir a Cristo como Salvador. Ud. hallará los beneficios de los que temen a Dios, es decir, la bondad de Dios, la protección de Dios, la misericordia de Dios y la esperanza de Dios.