FALSA DOCTRINA ADVENTISTA - El Sueño del Alma

Los Adventistas del Séptimo Día también enseñan la doctrina conocida como el "sueño del alma." Esta es una creencia de que no hay existencia consciente en el lapso del tiempo comprendido entre la muerte física y el momento de la resurrección de los muertos. Ellos enseñan que ningún creyente , mientras vive en este mundo tiene en realidad la vida eterna, por tanto tal cualidad de vida no le será dada hasta que haya resucitado de la tumba. Sin embargo, la Palabra de Dios declara enfáticamente que sí es posible tener la seguridad presente de la salvación. (I Juan 5:11-13, etc).

Juan 5:24 dice: "De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree a que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida".

Romanos 10:9 dice: "que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo"

1°Juan 5:11-13 dice: "Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. el que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. El conocimiento de la vida eterna: Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de dios".

 

Los Adventistas fundamentan su enseñanza de la inconsciencia de los muertos en una única declaración bíblica que dice: "...pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria está en el olvido" (Ecle. 9:5).

Pero debe recordarse que el libro de Esclesiastés fue escrito desde el punto de vista humano, no desde el punto de vista de Dios. Eclesiastes 1:1 dice: "Palabras del Predicador, hijo de David, rey de Jerusalén."

El escritor inclusive dice en eclesiastés 1:2: "Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades todo es vanidad" (1:2). Este libro ha sido incluido en el canon de las Escrituras para revelarnos la desesperanza de la vida mientras no es dedicada a Dios.

Pero ni aún así la frase en cuestión respalda suficientemente la doctrina adventista.

Esclesiastés 9:5 nos muestra que, en lo que respecta al hombre natural, la tumba es el acabóse. Pero hay abundante evidencia escrituraria que nos revela que tal apreciación no es correcta, por cuanto el juicio ocurre después de la muerte.

Hebreos 9:27 dice "Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio".

Pasajes bíblicos que revelan el castigo del alma de los malos:

Lucas 16:22-31 relata la historia de un hombre rico y un mendigo llamado Lázaro, y dice: "Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado al seno de Abraham: y murió también el rico y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces él, dando voces dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. Pero Abraham le dijo: hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá para acá. Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan a ellos también a este lugar de tormento. Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos. Él entonces dijo: no, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. Más Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos."

2°Corintios 5:1-8 dice: "Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. Y por esto también gemimos, deseando de ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos. Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu. Así, que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor (porque por fe andamos, no por vista); pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor."

Estos pasajes nos muestran que sí hay conciencia después de la muerte tanto para creyentes como para incrédulos.

1°Tesalonicenses 4:14 dice: "Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él".

Esto revela que cuando el cristiano muere va a estar con Cristo. Cuando el señor venga a arrebatar a su Iglesia, traerá consigo a los creyentes que hubieron muerto, de manera que ellos puedan recibir sus cuerpos de la tumba.