FALSA DOCTRINA ADVENTISTA: La Aniquilación de los Malos

Los Adventistas del Séptimo Día también sostienen firmemente la aniquilación de los malos, esto es, que los impíos dejarán al fin de existir y que el castigo que sufrirán no será eterno. Mucho del peso de su argumentación sobre tal doctrina descansa sobre la enseñanza bíblica que Dios es amor. Su razonamiento arguye que si Dios es amor no puede permitir que alguien sufra por toda la eternidad y que la existencia eterna es prometida solamente al creyente.

Es cierto que Dios es un Dios de amor. Las Escrituras abundan con versículos que recalcan esta gran verdad (Juan 3:16; I Juan 4: 7:10, etc.). por esta misma razón Dios proveyó a Su Hijo para que llevara el castigo de nuestro pecado de tal manera que nosotros no tengamos que sufrir la condenación. Dios ha hecho la provisión necesaria para la salvación de cada y toda persona, pero si un individuo rechaza lo que Cristo ya ha realizado en su favor, entonces será castigado por su propio pecado.

La Palabra de Dios revela claramente que los incrédulos sufrirán un castigo eterno. No hay ninguna distinción entre los dos vocablos "eterno" y "eterna", aparte del género masculino y femenino, que se usan en este versículo. Ambos son traducción del mismo vocablo griego. Por consiguiente, si se niega el "castigo eterno" que se menciona en este versículo, lógicamente tenemos también que negar la "vida eterna" que es proclamada en el mismo texto.

Antes que Cristo comience su reinado de mil años, Apocalipsis 19:20 dice: "Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuáles había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado a su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre".

Al término del reinado de mil años de Cristo, Apocalipsis 20:10 dice: "Y el diablo que los engañaba fue lanzado al lago de fuego y azufre donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos".

Estos 2 pasajes nos revela que los malos no cesan en su existencia.

Los dos engañadores que seducirán a muchos durante la Gran Tribulación son presentados como la bestia y el falso profeta. Estos dos serán arrojados al lago de fuego antes de que Cristo empiece su reinado sobre la tierra. Al término de estos mil años, Satanás también será arrojado al lago de fuego en donde todavía estará la bestia y el falso profeta, aún después de haber transcurrido mil años. Ellos nunca dejan de existir y serán atormentados eternamente.