ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA


Las doctrinas distintivas de la iglesia Adventista del Séptimo Día normalmente no son presentadas en sus programas de radio y televisión. Mucha gente escucha el programa de radio "La voz de la Esperanza," o "La voz de la Profecía," sin darse propiamente cuenta de que son programas adventistas. Solamente después de que una persona recibe su literatura y la lee es que empieza a darse cuenta de la diferencia entre sus enseñanzas y las que constan en la Palabra de Dios.

Algunos líderes evangélicos han considerado a los Adventistas del Séptimo Día como siendo "hermanos evangélicos." Sin embargo, sus enseñanzas acerca del pretendido juicio investigativo y del papel que juega Satanás en cargar con nuestros pecados, entre otras, son más que suficientes para mostrar que el evangelio del Adventismo del Séptimo Día es diferente del evangelio enseñado en las Sagradas Escrituras. A causa de su desviación de las Escrituras, los Adventistas del Séptimo Día no pueden ser llamados correctamente evangélicos. Esto no significa que toda persona dentro de dicho movimiento esté perdida, sin salvación. Cualquier persona que confía solo en Cristo para su salvación tiene vida eterna, sin importar su afiliación religiosa. No obstante, es lamentable que la mayoría de los que pertenecen al movimiento adventista estén ciegos al galatanismo que enseña su iglesia y al cual jamás han renunciado sus líderes.

 

Gálatas 1:8-9 dice: "Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea antema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema".  (es decir, sea maldición)