CINCO PASOS HACIA LA VIDA ETERNA

Paso 1:

Todos Somos Pecadores

Estamos Separados de Dios

La Biblia dice: "No hay ninguna diferencia entre unos y otros; pues todos han pecado y no han llegado a ser aprobados delante de Dios." "Lo único que el pecado da como pago es la muerte" (Romanos 3:22,23; 6:23).

¿Tú también estás separado de Dios?. Por supuesto que sí, por ser un pecador por naturaleza.

 

Paso 2:

No Podemos Salvarnos

a Nosotros Mismos

La Vida Eterna es un Regalo

"No es por medio de algo que uno hace, de modo que nadie puede sentirse orgulloso" (Efesios 2:9).

"Lo único que el pecado da como pago es la muerte, pero el regalo que Dios da es vida eterna en unión con Cristo Jesús, nuestro Señor" (Romanos 6:23).

"Nadie puede perdonar pecados, sino solo Dios" (Marcos 2:7).

¿Puedes salvarte a tí mismo? ¡Desde luego que no!

 

Paso 3:

Cristo Murió por Nosotros

y Resucitó

Dios le Ama

"Pero Dios nos demuestra su amor, en que Cristo murió por nosotros aunque éramos todavía pecadores" (Romanos 5:8).

"Pero lo cierto es que Cristo fue resucitado de entre los muertos" (1 Corintios 15:20).

¿Crees tú que CRISTO murió por tí  y que vive aún hoy?. Sí, ese es un regalo de amor de Jesucristo.

 

Paso 4:

Por fe Debemos Recibir a

Jesucristo el Salvador

 

¿Cómo Recibir a Cristo?

"Pero a quienes lo recibieron (a Cristo) y creyeron en él, les concedió el privilegio de llegar a ser hijos de Dios" (Juan 1:12).

"Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único para que todo aquel que cree en él, no perezca, sino que tenga vida eterna" (Juan 3:16).

"Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo " ( Hechos 16:31).

Al recibir a Cristo millones han pasado de muerte a vida. El recibir a Cristo se efectúa por fe y oración.

¿Quieres recibir a Cristo ahora mismo?

Simplemente habla con El. Puedes usar la siguiente oración, y decir: ¡Dios mío! Soy un pecador. Sé que no puedo salvarme a mí mismo. Ahora creo que Cristo murió en mi lugar, para perdonar mis pecados. Sé que resucitó y que vive hoy. Me arrepiento y confieso mis pecados. Creo en Jesucristo, y lo recibo a El por fe como mi Salvador. ¡Gracias, Dios, por haberme hecho pasar de la muerte a la vida eterna según tu promesa!

 Paso 5:

Cuando Recibimos a Cristo,

El nos da Vida Eterna

Jesús dijo: "En verdad les digo: El que pone atención a lo que yo digo, y cree en el que me envió, tiene vida eterna; y no será condenado, pues ha pasado ya de la muerte a la vida" (Juan 5:24).


"Este testimonio es que Dios nos ha dado vida eterna, y que esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo de Dios, tiene también esta vida... Les escribo esto a ustedes que creen en el Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna"(1 Juan 5:11-13).
 

Agradece a Dios porque ahora tienes vida eterna

¿Qué ocurrió cuando recibiste a Cristo?

En el momento en que recibiste a Cristo por fe, grandes cosas te ocurrieron:

  1. Pasaste de muerte a vida. Juan 5:24

  2. Tus pecados fueron perdonados. Colosenses 1:14.

  3. Fuiste hecho un hijo de Dios. Juan 1:12.

  4. Estás libre de temor. Juan 8:36.

  5. Eres una nueva criatura en Cristo. 2 Corintios 5:17.

¿Puedes algo más glorioso que te haya sucedido? Da gracias a Dios ahora por lo que El ha hecho contigo por medio de Cristo.

¿Qué hacer ahora que crees que Cristo es tu Salvador?

  1. Lee la Biblia todos los días."No solo de pan vivirá el hombre, sino también de toda palabra que salga de los labios de Dios" (Mateo 4:4).

  2. Ora a Dios siempre.
    "Oren en todo momento. Den gracias a Dios en todo, porque esto es lo que él quiere de ustedes como creyentes en Cristo Jesús" (1 Tesalonicenses 5:17,18). Orar es conversar con Dios.

  3. Confiesa a Dios cada pecado.
    "Si confesamos nuestros pecados, podemos confiar en que Dios hará lo que es justo: nos perdonará nuestros pecados y nos limpiará de toda maldad" (1 Juan 1:9).

  4. Cuenta a otros tu experiencia.
    Jesús dijo: "Vuelve a tu casa y cuenta todo lo que Dios ha hecho por ti" (Lucas 8:39).

  5. Congrégate con otros creyentes.
    "No dejemos de asistir a nuestras reuniones, . . . sino démonos ánimos unos a otros" (Hebreos 10:25).